Eva Irinova
Su madre huía de la revolución de Rusia. Eva era cantante y muy guapa. Tenía un ojo de cada color que significaba fortuna. De ella cuidaban una mujer y un hombre llamado Tatiana y Sergei. Cuando Kolvenik la vió actuar se enamoró de ella y acabaron viviendo juntos. La vida no les fue muy bien: a ella, Sergei, le quemó la cara con ácido y a Kolvenik no le fue bien en su empresa. Tatiana y Sergei quemaron la casa dónde ellos vivían pero murieron ellos, no Eva y Kolvenik como se pensó al principio. Al final Kolvenik vivía en las cloacas y Eva en el Teatro Real, pero esto no lo sabía nadie, excepto Claret.
Rebeca y María